Te puedes comer al mundo sin salir de Houston
Houston tiene esa magia de que puedes "comerte al mundo" sin salir de ella. No hace falta tomar un avión para probar la gastronomía del país que se te ocurra. Basta con tener hambre de aventura… y también de buena comida.
En esta ciudad, multicultural no es solo una etiqueta bonita: es una realidad que se saborea, se escucha, se baila y se vive.
Con más de 13,000 restaurantes que representan cocinas de más de 70 países y regiones estadounidenses, Houston se posiciona como una de las ciudades más diversas gastronómicamente en el país. Esta variedad permite que los houstonianos disfruten de una experiencia culinaria global sin salir de la ciudad.
Empezar el día con un desayuno venezolano, comerte una cachapa con queso de mano en un pequeño local en Katy, puede sentirse como estar de regreso en casa para quienes venimos de allá. Pero si cruzas a otro vecindario, puedes encontrarte con el aroma especiado de un curry indio, servido con pan naan recién horneado, mientras al fondo suena una canción en hindi que no entiendes… pero que igual te mueve el pie.
Houston es eso. Un mapa de culturas que se entrelazan.
Puedes almorzar pho en Midtown, con sus caldos humeantes que reconfortan como un abrazo, y luego cerrar la tarde en Bellaire, con una bandeja de sushi tan bien preparado que te transporta directo a Tokio, aunque estés en plena ciudad texana.
Y si te provoca algo dulce, puedes hacer una parada en una panadería polaca, donde los pasteles se hacen igual que hace cien años, o en una pastelería francesa donde cada croissant parece una obra de arte.
También están las panaderías mexicanas que huelen a infancia y nostalgia, con vitrinas llenas de conchas, roles y pan de elote.
En mi recorrido como periodista, pero sobre todo como curiosa empedernida, he conocido familias libanesas que mantienen vivas sus recetas de generación en generación, restaurantes colombianos donde cada bocado tiene ritmo, y locales africanos donde no solo comes, sino que aprendes, te cuentan, te explican.
Porque aquí la comida no es solo comida.
Es identidad. Es puente. Es conversación.
Me impresiona cómo, en una sola ciudad, se puede pasar de una pupusa salvadoreña a un plato africano, asiático, o hasta de Copenhagen, sin perder el hilo de lo auténtico.
Y lo mejor es que muchas de estas experiencias están lideradas por personas que llegaron aquí buscando lo mismo que muchos de nosotros: un nuevo comienzo.
Houston nos abraza a todos, con nuestras costumbres, sabores y acentos.
Y al hacerlo, nos regala una experiencia única: poder viajar sin maletas, sin pasaporte y sin jet lag. Solo con ganas de descubrir.
Así que si un día te sientes estancado o con la rutina encima, sal y da un paseo sin rumbo fijo por Houston. Escoge un restaurante donde nunca hayas entrado, escucha una música que no entiendas, prueba un plato con un nombre que ni puedas pronunciar.
Fuentes:
Visit Houston Texas. Restaurants & Bars
Greater Houston Partnership. Houston Facts
U.S. Census Bureau – Houston Demographic Data